La mayoría de los ciudadanos europeos creen que la calidad del aire tiene que mejorar en sus respectivos entornos pero alejan de sí mismos tanto la responsabilidad de que haya una excesiva contaminación o las principales acciones que deberían tomarse para reducirla. Así lo señala un Eurobarómetro que muestra que en este caso la opinión de los españoles no dista mucho de la del resto de europeos. Un 62% cree que la calidad del aire se ha deteriorado y responsabiliza en mayor medida a las grandes industrias y compañías y a las autoridades públicas más que asumir acciones personales. En este caso, como el resto de europeos, prefiere contribuir utilizando el transporte público que recortando el uso de calefacción, pagando una tasa por entrar en coche al centro de la ciudad o o no poder hacerlo en zonas de bajas emisiones.

Coincidiendo con el Día Internacional contra el Cambio Climático que se celebra este lunes, la Comisión Europea ha publicado una encuesta realizada a más de 26.500 ciudadanos de la UE -de ellos 1.0003 españoles- entre el 21 de marzo y el 20 de abril. El 47% de los europeos y el 62% de los españoles cree que la calidad del aire ha empeorado en los últimos 10 años, aunque esta tasa cae un 11 y un 12 en relación a lo que opinaban en 2019. El 67% de los encuestados en la UE y el 63% en España opinan que las normas de calidad del aire deberían endurecerse. Entre los españoles un 23% cree que no (el 24% de los europeos) y un 7%, que deberían ser más laxas (un 4% a nivel de la UE).

Una vez establecido de forma mayoritaria que hay la calidad del aire tiene que mejorar, también es opinión compartida que la responsabilidad principal para promoverla tiene que ver en primer lugar con las grandes instalaciones industriales, porque el 79% de los españoles y el 73% de los europeos cree que "no están haciendo lo suficiente". Les siguen los productores de energía con combustibles fósiles (no hacen lo suficiente el 70% y el 66%, en España y en la media europea) y las autoridades públicas (70 y 60% respectivamente).

Por el contrario, los ciudadanos tienden a ser más indulgentes con hogares, de quienes el 45% de los españoles creen que "están haciendo su parte" y un 5% "demasiado", una cifra superior al 3% de esta respuesta cuando se trata de industrias y políticos. En el caso de los trabajadores del campo, 41% cree que hace su parte y un 38% que no hacen lo suficiente y en el de los "empleados", a quienes el Eurobarómetro atribuye la posibilidad de ir en bici a trabajar o de utilizar el transporte público, los españoles dan una respuesta similar a la del conjunto de europeos al considerar que el 50% no hace lo suficiente (54% en la UE), el 34% hace su parte (34 en la UE) y un 4% hace más (3% en la UE).

Calefacción y coche

Precisamente, el uso de transporte público, bicicleta o ir andando en lugar de en coche es la mayor contribución que tanto españoles como, en general, los ciudadanos de la UE se muestran dispuestos a hacer para reducir la contaminación. Preguntados por las "acciones personales", esta opción es la preferida en España, con el 45%, y en la UE, con el 41.

A una distancia de 10 puntos, el 35% de los españoles (el 40% en la UE) apuesta por renovar equipamiento en el hogar hacia uno más eficiente, como el cambio de la caldera de gas por la bomba de calor-frío, que es la opción con más adeptos entre las que tienen que ver con la rehabilitación energética.

Así, solo el 14% de los españoles se inclina por una "acción personal" como aislar mejor la casa para que no se escape el calor o el frío, el 9% cambiar el sistema de calefacción desde uno de altas emisiones como el carbón a una de bajas emisiones, como gas natural, electricidad, solar o pellets. Solo un 6% se inclina por el coche eléctrico "como principal modo de transporte" y, algo más excepcional en España que en otros Estados miembros, el 7% dice que ha reducido las potenciales emisiones a la hora de utilizar la barbacoa.

Como también ocurre en otros países de la UE, a la pregunta de cuáles son las formas "más efectivas" para afrontar los problemas relacionados con la calidad del aire, los españoles tienden a señalar cuestiones que están más alejadas de las que ellos mismos pueden hacer. De esta manera, en los últimos puestos se sitúa la posibilidad de "aplicar controles más estrictos en las emisiones por calefacción residencial", que solo apoya el 10% en España y el 13% en toda la UE. La posibilidad de "introducir o mantener restricciones al tráfico en ciudades contaminadas, como tasas de congestión, zonas de bajas emisiones y restricciones de acceso", tampoco tiene mucho predicamento, ni en España ni en la UE. Solo lo apoya el 15 y el 16% respectivamente.

El 21% de los españoles (y el 18% en la UE) cree que la legislación sobre calidad del aire debería ser "más estricta", pero, como en las opciones anteriores, las ideas de "incrementar la fiscalidad para actividades que contaminen el aire" solo cuenta con el respaldo del 14% de españoles (18% en toda la UE).

Por el contrario, estiman que las maneras más efectivas son "aplicar controles más estrictos de contaminación en las actividades industriales y de producción de energía" (33% en España y 36% en toda la UE), promover transportes de bajas emisiones como ir andando, la bici o el transporte público (29 y 30%) y mejorar la vigilancia sobre la polución (28 y 22%). La opción de que haya mayores incentivos fiscales para productos de bajas emisiones tiene el apoyo del 18% en España y del 22% en toda la UE.

Problemas respiratorios

Como en la UE en general, la opinión mayoritaria de los españoles (72%) es que la acción relativa a la calidad del aire tiene que ser a nivel internacional, más que a nivel de la UE (así lo cree el 28%), nacional (23%) y regional o local (17%).

Sobre los efectos perniciosos que tiene la contaminación sobre la salud, las que se considera que son las principales son las enfermedades respiratorias y el asma  (65% en España cree que en ambos casos es un "problema muy serio" y el 28 y 27% que es un "problema serio"), seguido de las enfermedades cardiovasculares (55% y el 31% respectivamente) y fenómenos de lluvia ácida sobre los bosques (53 y 32% en España lo consideran un "problema muy grave" o un "problema grave").